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El padre de Blancanieves de Belén Gopegui: Tres aspectos.

El padre de Blancanieves de Belén Gopegui: Tres aspectos

Marcelo Cea, universidad de Lund, 2013

 Gopegui nos presenta en su novela, un relato que contiene dos historias distintas, paralelas, pero que están entrelazadas y que no funcionan separadas la una de la otra justamente a raíz de los enlaces que hay entre las dos, sin embargo, estas historias son claras y definidas por realizarse en planos diferentes.

Por un lado están los hechos en las vidas y las relaciones de la familia de Manuela, profesora de bachillerato y uno de los caracteres importantes de la novela, que se ve afectada por un hecho relacionado con un inmigrante de nacionalidad ecuatoriana. La familia de Manuela es de clase media acomodada y a raíz de lo sucedido con Carlos Javier, el inmigrante ecuatoriano,  se suceden una serie de situaciones que desunen a la familia y provocan la partida de Manuela dejando hijos, marido y el trabajo.

Por otro lado están las actividades políticas de un grupo de personas que se involucran en organizaciones izquierdistas con perfil ecologista, Sunana, la hija de la familia compuesta por Manuela (su madre), Enrique (su padre) y sus dos hermanos es el enlace que hay entre estas dos historias.

Físicamente, los hechos en esta novela, se sitúan principalmente en la ciudad de Madrid, podemos citar algunos ejemplos que aparecen en el texto y que dan fe de la situación geográfica a lo largo de la obra:

”CUANDO ELOÍSA TERMINÓ de leer salió de la casa … Hacía viento y algo de frío pero no le importó, siguió mirando a través de la verja casas nuevas y, a lo lejos, la sierra de Madrid” (p.29)

”–Me voy fuera tres meses –dijo su madre.
–¿Adónde?
–Bueno, eso todavía no lo sé. Fuera de Madrid, fuera

de España. No estoy segura. Necesito un trimestre sabático.” (p. 82)

” Ya sé que parece algo del siglo pasado, pero resulta que en Madrid, en una zona céntrica, arbolada, y a principios del siglo XXI, a mí va y me sale una hija revolucionaria.” (p. 97)
”Por la noche había una cena … podría regresar a Madrid hasta el día siguiente por la mañana. (p. 119)

Los temas que aparecen en la novela de Gopegui son variados y se tratan con distinta intensidad; las relaciones familiares; la diferencia de condiciones de las clases sociales; el papel de la mujer en la sociedad; el papel del padre en la familia; la diferencia de actitudes frente a la vida de las mujeres de distintas generaciones; los conflictos que supone ser de clase media acomodada y luchar por ideales que van en contra de un sistema que es el garante de esta clase acomodada exista; el uso de Internet para la comunicación entre los personajes; la consciencia social; la inmigración y la actitud pasiva de los inmigrantes ante situaciones en las que se ven desfavorecidos; la culpabilidad; la pasividad de la clase media ante el sufrimiento que vive la clase más sometida por causa de la forma de actuar que tiene la clase poderosa y finalmente hay un tema que tiene relación con el simbolismo del título de la obra y la crítica que se deja ver al hacer el paralelo con el funcionamiento de las estructuras sociales en la sociedad que Gopegui describe.

Tres aspectos relevantes de la novela

La mujer


El papel de la mujer es una de las cuestiones que se pueden discutir a propósito de esta obra. Si tomamos a Manuela, la madre de la familia, como ejemplo y vemos la evolución de este personaje podemos apreciar como va cambiando su actuar y su percepción de la vida. En el principio de la obra Manuela, hace un pedido de alimentos a domicilio a un supermercado, el pedido llega con retraso y Manuela llama al supermercado para quejarse. Esto provoca que Carlos Javier, un inmigrante ecuatoriano sea despedido de su trabajo. Carlos Javier averigua el domicilio de Manuela y la encara en su propia casa. Le entrega toda la responsabilidad de lo que le pueda pasar a su familia y le produce un cargo de conciencia enorme a Manuela. Ella en un principio no puede dormir y está muy afectada, da muestras de ser una mujer débil, susceptible a asumir el sentimiento de culpabilidad que le provoca el desamparo de otra persona. Sin embargo al pasar de la novela observamos cómo ella va dando la vuelta a esta situación y en lugar de refugiarse en el insomnio o bajo el ala protectora de su marido se decide a salir de esa situación, y por sí misma decide y espiar a Carlos Javier y finalmente dejar el trabajo por unos meses e irse de casa para vivir en carne propia cómo sería ser parte de la clase social más desposeída y reinventarse para reconstruir su consciencia social en base a una reflexión profunda de su acontecer. Se inspira al pensar en la obra de Simone Weil y en las conversaciones con su hija Susana. Deja el trabajo en el instituto y se va a trabajar a un tintorería con un salario de 600 euros mensuales. Antes de irse enfrenta a su marido, que no la comprende del todo, y a su hija y les cuenta de su decisión y parte. Después de dos meses y medio vuelve, cambiada, con una actitud diferente y sobre todo con un cambio de consciencia importante. Manuela es el personaje que mayores cambios muestra.

La inmigración

Los inmigrantes, una realidad en la España moderna, a menudo son personas que trabajan en las casas de gente con ciertos recursos económicos y se ocupan de la limpieza o de los jardines. También los hay que trabajan en supermercados o limpiando las calles. Los inmigrantes que se encuentran en esa esfera pertenecen a una clase socioeconómica vulnerable y a menudo ni tienen papeles ni cuentan con una protección social que les garantice el pan de cada día si llegaran a quedar sin trabajo. Es un grupo que social y económicamente es débil por lo general. En la novela conocemos a  Carlos Javier, un ecuatoriano que trabaja en un supermercado y que pertenece a este grupo del que hacemos referencia. Él es despedido de su trabajo por recibir quejas de Manuela. Lo esperado en esta situación es que Carlos Javier se vaya y busque otro empleo, sin embargo la actitud de este inmigrante rompe la regla y confronta a Manuela haciéndola responsable de lo que de ahí en adelante le pueda ocurrir a su familia:

“–A usted no le basta con que me hayan despedido por

su culpa. También quiere hacer que me detengan…

–Ahora soy responsabilidad suya –dijo el ecuatoriano. Manuela no contestó nada hasta que hubieron salido del portal.

–Consiga que me readmitan –dijo el ecuatoriano–. Si llama a la policía y me detienen, le escribiré cartas desde la cárcel. Le diré a mi esposa que le mande fotos de mis hijos.

Mi esposa y mis hijos vendrán a verla. Si les deportan porque usted también les denuncia, vendrán otras personas. Si mis hijos o mi mujer se ponen enfermos, usted lo sabrá. Si a mí me pasa algo, usted lo sabrá.” (p. 26)

La actitud de Carlos Javier ante los hechos que nos presenta Gopegui es mínimamente atípica. Es más bien lo que haría una persona con poder y contrasta con la situación desfavorecida y expuesta en la que es encuentras este hombre. Gopegui nos presenta a un inmigrante que no es una víctima de sus circunstancias, no es sumiso ante los hechos que son provocados, según su visión, por un ajeno. Él es un personaje integro, igual que los demás y que mantiene su dignidad intacta ante los hechos.

Lo que hace el ecuatoriano es darle un golpe a la consciencia de Manuela, poniendo en marcha todo un proceso de cambio en ella. La actitud inmediata de Manuela es de disculparse ante lo acontecido, a pesar de creer haber hecho lo que era correcto:

“–Siento mucho lo que le ha pasado –dijo–. Debe entender que no es culpa mía. ¿Qué quería que hiciese? ¿No haber dicho nada? Yo no le atacaba a usted, yo me quejaba al supermercado. Sería un mundo terrorífico si nunca pudiéramos protestar por nada porque nuestra protesta pueda suponer el despido de alguien. Quedaríamos completamente en manos de las empresas. Usted tiene que irse, le repito que, si no, llamaré a la policía” (p. 26).

Los choques que se pueden provocar en una ciudad moderna del siglo XXI que encontramos en la novela de Gopegui,  son inesperadamente alterados por la autora permitiéndole al lector observar un modelo distinto de inmigrante.

La consciencia social

El padre de Blancanieves es una novela donde la consciencia social la encontramos tanto a nivel de estructura social de la sociedad como en los personajes, en distinta medida.

Primeramente se nos presenta una sociedad donde la clase alta, explotadora (que en este caso podría ser la madrastra si hacemos alusión al cuento que Gopegui utiliza como símbolo para dar nombre a su novela) que representa al capitalismo que solo se preocupa del crecimiento y que hace víctima a la clase obrera (que en este caso es Blancanieves), la clase en realidad debería gozar de los beneficios generados por un sistema que crece, produce y que genera recursos monetarios constantemente. La consciencia social de la clase media (el padre ausente de Blancanieves) es prácticamente inexistente. La clase media, no interviene en el abuso que ve ante sus ojos a diario y deja pasar inadvertidamente los atropellos a los cuales la clase más débil se ve expuesta.

La consciencia social se refleja también en los distintos personajes de la novela. Por un lado tenemos aquellos que no tienen una consciencia social desarrollada, un claro ejemplo de lo expuesto es Enrique, que no ve como posible algún tipo de cambio del sistema. El no desconoce la realidad, pero sí hace la vista gorda ya que ve como una batalla perdida el querer generar cambios sustanciales en la sociedad.

Por otro lado encontramos a Susana y Félix, que vendrían siendo dos personajes que muestran una sensibilidad por el surgimiento de una sociedad más justa y sostenible. Precisan cambios y con su energía joven los quieren llevar a cabo por sí mismos. Para ellos la consciencia y la moral pertenecen a la esencia humana, a pesar de los conflictos a los que se puede ver expuesto una persona, para ellos prevalece una forma de vivir honesta y con ganas de cambiar las cosas:

“Hacemos lo que se puede, protestamos, exigimos, el mes pasado decidimos liberar un espacio en una facultad de derecho, ocupamos el hall y los pasillos, organizamos una cena popular y talleres: de vídeo, deportivo, de cartelería. No fue mal, pero al día siguiente otra vez todo como siempre. Claro, yo no soy de esa facultad, a lo mejor los que eran de allí sí notaron cambios.” (p. 46)

Manuela es la consciencia cambiante, un estado intermedio entre Enrique y Susana ya que de cierta forma las consciencias de ellos es estática o cambia poco, sin embargo, Manuela hace un viaje de consciencia que ningún otro personaje hace en la novela. Manuela pasa de ser una inconsciente a una persona completamente íntegra y con una consciencia que nace a partir de un proceso provocado por una situación puntual en la obra: La aparición del ecuatoriano en su vida.

Marcelo Cea, 2013